En el Tarot, el Mago es el arquetipo de la búsqueda interior, que luego se va a reflejar en el mundo. Un “mago” es alguien capaz de transformar.
«Un mago puede convertir el temor en alegría, la frustración en realización, lo temporal en eterno. Un mago puede llevarnos más allá de nuestras limitaciones hacia lo ilimitado» – Deepak Choprah – «El sendero del Mago».
Con los instrumentos que tiene sobre la mesa, instrumentos mundanos, el Mago es capaz de trascender la materia, y conectar con lo espiritual, con lo sagrado. Así parece indicarlo el ala de su sombrero, que tiene la forma de un ocho acostado, o sea la lemniscata, el símbolo del infinito. Con su varita mágica, el mago parece poder conectar ambos mundos. Así como buscaban hacer los alquimistas, al querer transformar el plomo en oro. Pero no nos confundamos, no se trataba de lo material, el oro que ellos buscaban era el «oro interior». Hablaban de su búsqueda diciendo que apuntaban a «liberar el espiritu encerrado o prisionero en la materia».
Y eso busca hacer el UNO, unir la tierra y el cielo, con su forma vertical.
En mi caso particular, la astrología fue el camino que elegí, sin saber demasiado porqué, para conectarme con el misterio, con aquello que no podemos explicar desde la razón, y conmigo misma. A través de la propia magia del sistema astrológico, fui descubriendo la magia interior. Y luego quise convertirme en intérprete de este lenguaje mágico, para que muchos otros pudieran llegar a él, y compartir con ellos mi descubrimiento.
Dice Sallie Nichols en su libro, que el Mago en el Tarot es “quien inicia el proceso de la autorrealización, guiando nuestro viaje hacia el submundo de nuestros yos más profundos”. Me gusta pensar que eso hacemos el consultante y yo en cada sesión en la que trabajamos sobre la carta natal: un viaje en el que vamos descubriendo los distintos personajes de esa obra de teatro personal. Y así surgen el Sol, la Luna, Marte, Venus, Mercurio, como distintos “yos”, a quienes integrar en UNO.
“A partir de otras cosas nunca extraerás la Unidad, a no ser que hayas logrado la Unidad en ti mismo”
Y en este camino, usamos la magia, cuya misma palabra nos emparenta con la “imaginación”, la creatividad, y nos va conectando con el Mago interior que todos llevamos dentro.
Citando nuevamente a Deepak Choprah: “Hay un mago dentro de cada uno de nosotros, un mago que lo ve y lo sabe todo. Una vez que descubrimos nuestro mago interior, la enseñanza vendrá por sí sola”.
Choprah llama “el sendero del mago” al recorrido que nos lleva a “elevarnos sobre lo ordinario y lo confuso, para crecer en amor y en creatividad, y reconocernos como seres espirituales”. Y Sallie Nichols asiente: “Necesitamos a nuestro mago interior para que con su varita mágica libere nuestro espíritu, que se halla prisionero, para que actúe como sustancia transformadora y pueda cambiar nuestro mundo interior y afectar el exterior”.
Desde mi mirada, la Astrología nos da una excelente herramienta para iniciar este SENDERO DEL MAGO.
Me despido con una frase que resume el espiritu de esta busqueda, de este camino, y el porqué también del nombre que elegí: ESPEJOS DEL UNIVERSO:
«TODO SER VIVO ES EL UNIVERSO ENTERO, SOLO QUE CADA VEZ LLEVA UN DISFRAZ DIFERENTE»