Hace pocos días tuvimos la Luna llena del mes de Escorpio, en Tauro, y muchos me preguntaron acerca del EJE Tauro-Escorpio, que como les comenté es el eje del DESEO, de la VIDA y la MUERTE, la GENERACION y la DESTRUCCION.

En un post anterior les contaba cómo Escorpio está representado por Hércules enfrentándose a la Hidra de nueve cabezas, cuando se arrodillaba y llevaba a la LUZ al monstruo que vivía en la oscuridad. Claro símbolo del trabajo de ESCORPIO de transmutación, al que todos aspiramos, sea cual sea nuestro signo.

TAURO, signo fijo de TIERRA, opuesto y complementario de Escorpio, nos enseña quizás cómo hacerlo. Veamos cómo.

Este signo se caracteriza por la estabilidad, la perseverancia, la paciencia, los fuertes deseos y apegos personales: disfrutar de la vida, la comida, el pasarlo bien, el sexo, lo material… Tauro es demostrativo, físico, arraigado, le cuesta el cambio por su gran inercia, su ritmo es lento, pausado, y necesita seguridad material y emocional.

En el mito que lo representa, a Hércules se le asigna el trabajo de ir a la isla de Creta, adentrarse en el laberinto, y capturar al toro, que tenía en su frente una estrella luminosa, que alumbraba sin cesar en los sitios oscuros (clara oposición a la hidra escorpiana). Guiado por esa luz, Hércules persigue al toro sin descanso, perseverante, de un lugar a otro, hasta que lo captura en su guarida y montado sobre su lomo lo guía, a través de las aguas, a tierra firme.

El Toro, símbolo de TAURO, representa el deseo, representa nuestros cuerpos, que son sagrados, cuando están iluminados por la LUZ de lo espiritual (la que tenía el toro en la frente).  Hércules no mata al toro, sino que lo cabalga, lo controla y lo domina, guiándolo a lugar seguro.

Este es el trabajo de TAURO, el que todos debemos hacer: guiar y controlar nuestros deseos, con paciencia y perseverancia, y no sólo los del cuerpo, sino los del ego.Cuando esto se logra, empezamos a llenarnos de LUZ, a «iluminarnos». Por eso, el Toro es entregado por Hércules a tres personajes misteriosos, tres cíclopes, que representan la Voluntad, el Amor Sabiduria y la Inteligencia.

Este es el camino de Tauro, siempre que ama, que anhela algo, que se conecta con el fuerte deseo que arde en su interior: guiar y dominar el instinto, con su luz. Y la paciencia es su gran arma. Hoy leí que según la Real Academia Española, la paciencia es «la facultad de saber esperar cuando algo se desea mucho». Y así es Tauro. Porque cualquiera espera cuando algo no importa tanto, la verdadera cualidad es saber esperar cuando el deseo es fuerte.

La luz de Tauro es el camino. El desafío: las trampas del laberinto.